me encanta como el tiempo se rompe entre diciembre y enero. ante una continuidad desintegrada, damos un salto hacia adelante. un salto al vacío. es como si volteáramos la página, y encontráramos inesperadamente que se ha terminado el capítulo.
este año ya caducó y necesito empezar de cero, aunque me contento con la ilusión de hacerlo.
que revienten las doce y que se meen los perros del miedo.
hay mucho que enterrar y mucho que dejar atrás.
maldita memoria. bienaventurados los que olvidan, porque de ellos son los nuevos comienzos.
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