lunes, 10 de enero de 2011

María Reiche

Los recuerdos me asfixian. Me pesan mucho, me roban equilibrio y me quitan estabilidad. A veces me tumban. Si a los 21 llevo una carga tan pesada, ¿cómo podré mantenerme en pie en 10, 20 o 50 años? De repente es por eso que los viejos olvidan todo, debe ser la vida misma escapando de la tortura de poder vivirse de nuevo. Pero nada me asusta más que olvidar, y puedo pasarme horas dentro de esta caja que dicen que está por el lóbulo temporal, recordando una y otra vez.


La nostalgia es una forma de sentir que potencia, transforma y colorea la realidad. Puedo sentir mi sangre hervir o mi corazón partirse otra vez.  Puedo llorar súbitamente, puedo respirar rápido, puedo suspirar de nuevo, puedo sonreír ante la ironía. Me encuentro de nuevo con sensaciones que pensaba olvidadas, muchas veces sobrecogido de cariño, algunas veces incomodado por la vergüenza y otras pocas empapado en el sudor del desconcierto, pensando, ¿cómo dejé que esto sucediera? Después de tanta masturbación sentimental, quedo agotado. Me miro al espejo, a los ojos, y pienso ¿quién soy, hoy, después de todo esto que ha pasado?

Qué complicado y qué poco conveniente es poder disfrutar del presente tan intensamente solo cuando está en el pasado. Vivir el presente me parece, hoy, una utopía no reconocida.

1 comentario:

  1. Hey mateo! no habia leido como escribes antes!! me encanta!! de veras..! ;)!..(tmpc sabia que tenias un blog jeje) weeno cada dia se aprende mas cosas de las personas :)! sigue escribiendoo.. me parece bacan como expresas todo lo que sientes/piensas/vives - Patty guz (a altas horas de la madrugada.. con un poco de insomnio vacacional)

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